Comencemos diciendo que Mister Q no es un personaje nuevo. Fue creado por Harry Sahle y Sam Burlockoff, y debutó en el Green Hornet N°11 allá por 1943. Con el correr de los años, y al no ser vuelto a utilizar, entró en el dominio público desde donde lo rescató (para apropiarse de él y expandirlo) el autor de esta novela: Mauro Insaurralde Micelli. ¿Qué fue lo que motivó a este escritor a elegir a este don nadie, a este ignoto y curioso superser, para obsequiarle el protagonismo de su novela? Sólo él lo sabe. Pero a medida que vamos avanzando en la lectura de esta historia, solo podemos agradecerle por el buen tino (y ojo avizor) de su elección.
Mister Q es un übermensch caído en desgracia. Quizás les suene la palabrilla, utilizada por Nietzsche para nombrar al "superhombre". Y eso es justamente Mister Q, un superhombre, un "hombre misterioso" con el particular poder de convertirse en humo a voluntad, pero con un peligro ligado al uso de ese poder, como debe ser, el poder sin un precio a pagar no conquista.
Al comenzar la historia nos encontramos con Nathaniel Holstein, un héroe retirado, enfrentando la crisis de los 40. Extrañas circunstancias lo obligarán a dejar de lado su depresión y su angustia ante el amor perdido, para enfundarse otra vez las mallas, convirtiéndose así, una vez más, en el paladín que el FBI necesita. Voluntaria o involuntariamente Mister Q volverá a la acción, para combatir aquellas amenazas que sobrepasan a los agentes normales.
La novela está organizada en capítulos cortos que se leen de manera dinámica gracias a su prosa fluida. Está dividida en tres partes, básicamente dos aventuras, que son las anticipadas ya desde el título: “Mentes y Serpientes" y una tercera a la que podríamos denominar "Misceláneas" conformada por cuentos cortos que expanden y profundizan el universo de Mr. Q. La saga correspondiente a "Mentes", enfrentará a nuestro héroe con un impresionante villano con poderes psíquicos, mientras que la de "Serpientes" trata (a simple vista) sobre la búsqueda y captura de cierto vigilante cobra empecinado en limpiar la escoria del bajo mundo, utilizando métodos que le parecerían extremos aun a Punisher. A medida que el lector avanza en la lectura, va descubriendo aspectos más profundos, con ramificaciones que se remontan hasta la Guerra Fría y la Alemania nazi, incluyendo la participación en la aventura de otros dotados.
Aun en medio de la batalla, cabe la reflexión, la introspección, al mejor estilo Swamp Thing de Alan Moore: "¿Qué soy? ¿Un hombre que se vuelve humo? ¿Humo que se empecina en creerse hombre? No hay tiempo para la filosofía o la metafísica. Debo terminar con esto cuanto antes."
El autor tiene la capacidad innegable para dotar de humanidad a cada uno de los diferentes übermenschen que desfilan por estas páginas, cargándolos de conflictos tan reales como el desamor o la desaprobación familiar, por citar algunos.
Somos varios ya los que encontramos puntos de contacto entre este libro y el famoso Watchmen: el presagio de un desastre futuro, el retorno a la acción de héroes retirados y desanimados, la propia humanización de los enmascarados, por mencionar algunos, dejando otros (que los hay) para que sea el lector el que los descubra. Así, llena de referencias específicamente colocadas para el disfrute de los comiqueros (el propio autor se confiesa como uno más de este mundillo, que ya no es tan guetto), la novela admite diferentes niveles de lectura. Hallarán, incluso, referencias literarias, algunas implícitas: "te mostraré el miedo en un puñado de polvo" ("I will show you fear in a handful of dust", The Waste Land by T. S. Eliot), que exclama un autoproclamado vigilante a su víctima, a punto de matarla; y otras explícitas: “La máscara de la Muerte Roja” de Edgar Allan Poe. Quizás alguno recuerde la cita específica de Eliot, porque era la utilizada por la querida Editorial Zinco para publicitar el Sandman de Neil Gaiman.
Estoy seguro que este libro puede funcionar como disparador para provocar un acercamiento al noveno arte en más de un lector.
Si bien toda la novela resulta fascinante, destaco especialmente el capítulo titulado El Guardián, que cierra el primer arco. Está centrado en la figura de Atlas, el héroe supremo de ese mundo, el equivalente a Superman. Atlas es el superser cuasi divino, que vela por las vidas de toda la población del planeta desde los cielos, omnipotente y autoproclamado como Juez y Jurado de la humanidad. El Guardián es un capítulo corto pero de brillante ejecución y remate, una joya dentro de esta gran novela. Estrés es otro capítulo francamente notable que encontrarán sobre el final de la novela. Justo cuando piensas que la aventura no tiene nada más para brindarte, el autor te da un cachetazo directo con este capítulo, obligándote a no bajar tu atención hasta el último punto.
Unos complementos ideales para este libro (por tono y estilo), me atrevo a sugerir, serían los siguientes comics: Astro City de Kurt Busiek, Irredeemable de Mark Waid (el personaje Atlas tiene todas las fichas para convertirse en El Plutoniano) y Los Doce de J. Michael Straczynski, evitando la obviedad de recomendar Watchmen.
Otro acierto del libro es la cantidad de puertas que abre, más aun de las que cierra, dejándonos con un ansia viva por conseguir y leer una continuación que por el momento no existe. ¿Tendremos más aventuras de Mr. Q en el futuro? ¿Llegaremos a conocer de manera más cercana a cada uno de los miembros del Freedom Squad? ¿Volverá Samantha a la vida de Nathaniel? ¿Tendremos una novela protagonizada por ese heterogéneo grupo llamado SAD? ¿Qué será de la vida de la viperina Veda? Hace poco, en Facebook (recomiendo personalmente que sigan al autor en esta red social, porque las píldoras de reflexión cargadas de humor y mucha ironía con las que se prodiga, te sacarán una sonrisa diaria, garantizado), el autor preguntaba: “¿Qué personaje se merece su propia historia?" Para mí todos y cada uno de los miembros de esos grupos de hombres misteriosos que se nombran (y participan) en la trama; con cualquiera puede lograrse maravillas. Solo basta leer la historia titulada Prima Nocte, dedicada a cierto übermensch de piel purpúrea, para hacernos una idea de la genialidad que podría resultar de aquello.
No revelaré nada sobre el final, tranquilos, solo diré que es de esos finales que llamo "malditos". Con astucia y buen tino, el autor arroja toda la carne al asador en esas escasas páginas dedicadas al epílogo, presentándonos nuevos personajes y situaciones, con cliffhangers directos que le asegurarán fieles lectores al Mr. Q vol 2, cuando salga. Esperemos que no se demore demasiado. ¡Ya quiero saber cómo continúa la historia!
De boca del autor, entrevistado en algunos programas de radio (Una de Siete de Radio Yatasto y Radio Universo Retro de Radio Syncro), nos enteramos que cada uno de los capítulos de Mr. Q habían sido subidos periódicamente a la red, antes de la aparición física del libro. Pero más allá de eso, les recomiendo ampliamente hacerse con él en físico, no puede faltar en la biblioteca de cualquier amante del noveno arte.
Además de un relato dinámico y terriblemente absorbente para cualquier lector (en particular para aquellos con vena comiquera), encontraremos en estas páginas ilustraciones tanto del protagonista como de algunos de los otros personajes secundarios. Estos dibujos, realizados expresamente para la edición, corren a cargo de artistas como: Ramiro Gerez Murguia, Julian Insaurralde Micelli, Rubén Gauna y Christian Andrés Baez. El prólogo es producto del escritor Diego Arandojo, y sirve para ponernos perfectamente a tono con la aventura que estamos a punto de leer. La portada es obra de Facundo Nehuén López, y cumple perfectamente con lo que se espera de ella: atrapar la atención del posible comprador; su función de anzuelo está garantizada.
Cabe destacar que al final del libro, se incluye un interesante dossier sobre los personajes involucrados en la novela. La mayoría de ellos, personajes pulp, muy antiguos todos y muy desconocidos, por lo que se agradecen esta pequeñas reseñas informativas. Un verdadero trabajo arqueológico que nos permite interiorizarnos al respecto de la versión primigenia de cada uno de ellos, de sus creadores y del año en que fueron concebidos. Quizá, alguno de estos, ahora menos ignotos personajes, sea el protagonista de la siguiente excitante nueva novela de Mauro. Solo nos queda cruzar los dedos, deseándolo.
Mister Q es la tercera novela de este escritor. La primera se titula Valisón saga: El fuego (2007), en la que nos da su particular versión del mito del Hombre Lobo, y la segunda: Una Escalera al cielo (2012), basada en El Oro del Rin de Richard Wagner la primera de las cuatro óperas que componen el ciclo de El anillo del Nibelungo", ambas de género fantástico. Actualmente se encuentra en edición la cuarta, que lleva el título de La Bailarina Cósmica, y ya tiene escrita la continuación de la saga Valisón.
Para finalizar, espero que mi modesta reseña contribuya a que algún ocasional lector se decida a hacerse con esta novela. Es el regalo ideal para ese amigo coleccionista de comics al que ya no sabes qué regalarle, o para ese sobrino en el que deseas que prenda el germen de las historietas. Como ya dije, funciona como una interesante puerta de entrada al mágico mundo de los superseres. Antes de leerla, confieso, había oído y leído demasiadas críticas al respecto, todas favorables y positivas. Pero nada se compara a la lectura en primera persona. Los invito a que lo hagan, más aun si son amantes de los buenos comics, ¡porque Mr Q es muy comic! A medida que lees se van sucediendo las viñetas en tu cabeza. Incluso, no me extrañaría, que en un futuro aparezca una versión en historieta, porque invita a ser dibujado.
Por último, quiero confesar que mi ejemplar autografiado y dedicado, llegó a mis manos tras ganar (¡limpiamente!) un sorteo on-line en el que lo obsequiaban. Deseaba tanto tenerlo que los hados del azar conspiraron en mi favor. ¡Otra muestra de la magia que impregna a este hombre de humo! ¡Vamos! ¡El poder del pensamiento positivo aun está vigente! Saludos new age, mis amigos. ¡Lean Mr. Q!, después me escriben y me agradecen la recomendación, porque estoy convencido de que lo disfrutarán. ¡Consigan su ejemplar y a leer! Lo único malo, es que no podrán dejarlo y se les acabará muy pronto. Pero ahí estaremos para una nueva recomendación. Ahora, ¡adiós! Me convierto en humo y desaparezco. ¿Nos leemos la próxima?
Mark Shaw.
0 comments:
Publicar un comentario