ROGUE TROOPER: Guerra con olor a té
En los años 80, Inglaterra
era una de las grandes potencias europeas, la cual era regida con mano y
alma de hierro por la primer ministro Margaret
Thatcher. Signada por el autoritarismo y los sueños imperialistas, la vida
cotidiana de la población civil inglesa vería seriamente afectada su cotidiana
existencia.
El comic, auténtico exponente de las épocas que le han
tocado en suerte desde su creación, no pudo permanecer ajeno a esa corriente
político social, generando toda una caterva de guionistas, dibujantes y
personajes que se encargaron de dejar su impronta indeleble en las cabecitas de
los lectores, ya fuera satirizando o exponiendo abiertamente la problemática
que reinaba en, paradójicamente, el Reino Unido.
Alan Moore, Neil Gaiman, Alan Davis, Alan Grant,
tan solo por nombrar unos pocos, se encargaron se crear a una serie de
inolvidables personajes, que se encargarían de encarnar las ideas y
pensamientos de esa época tan particular.
Entre todos ellos ganaría su pequeño nicho un extraño
soldado de piel azul que, cargado con un rifle, una mochila y un casco que
contienen las mentes de tres de sus colegas muertos, llevaría sus aventuras por
una tierra devastada por una guerra inconcebible. Su nombre Rogue Trooper.
Inspirado tanto en los eventos acaecidos tanto en la 2°
Guerra Mundial como en la Guerra Civil Norteamericana, la historia nos cuenta
las aventuras de nuestro héroe a lo largo de las destruidas tierras del planeta
Tierra-Nu, en donde las fuerzas del
norte (Norts) luchan enconadamente con las huestes sureñas (Southers). Creado
genéticamente por los sureños para resistir el ambiente hostil imperante
(Mares, tierras y atmosfera envenenadas por la radiación) Rogue es el único
sobreviviente de una elite de guerreros que fueran traicionados y exterminados
durante su primera misión.
El guión corrió por cuenta de Gerry Finlay-Day y los dibujos estuvieron a cargo del magnífico
ilustrador Dave Gibbons, que unos
años más tarde sería el encargado de realizar la estética visual presente en la
increíble Watchmen, el cual sería reemplazado por Brett Ewins, Cam Kennedy
y Colin Wilson.
Tras la marcha de Finley-Day
en 1985, los guiones corrieron por cuenta de Simon Geller, que lo transformaría en una suerte de asesino a
sueldo, pero ya no tendría la buena acogida que había tenido su predecesor.
Dave Gibbons,
esta vez en su faceta de guionista, volvió al personaje con “The War Machine”, en donde redefiniría
de manera exitosa tanto a Rogue como
al entorno en donde desarrollaba sus historias, apoyándose esta vez en las
cuestiones políticas y en el manejo genético indebido. Los dibujos de esta
etapa estuvieron en manos del artista Will
Simpson.
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| FRAGMENTO DE PAGINA DE "WAR MACHINE" POR WILL SIMPSON. |
En los años sucesivos diferentes autores tratarían de
retomar la historia de nuestro azulado guerrero con éxito desigual y, por lo
general, bastante alejados de lo que originalmente había sido (las cuales, por
suerte, fueron recopiladas en diferentes ediciones por Titan Books)
El andar de Rogue
no se limitó únicamente a las páginas de los comics, sino que sus pasos lo
llevaron a terrenos tan disímiles como el literario (3 novelas a cargo de Gordon Rennie, James Swallow y Rebecca
Levene), juegos de mesa (1987) y algunos videojuegos, en el que incluso hay
una versión en 2009 para la plataforma Nintendo Wii.
Llanuras devastadas por la radiación. Mares envenenados.
Atmosferas contaminadas por gases nocivos. Armas de alta tecnología al servicio
de la destrucción y el genocidio. Y entre todo eso un guerrero único,
desarrollado a partir de la manipulación genética, que intentará descubrir el
motivo de tamaño desastre.
¿Ese es el futuro de nuestro planeta? Por suerte no, ya que
todo esto sucede en un lejano planeta llamado Tierra-Nu... aunque viendo las cosas que día a día nos están
sucediendo, muchas veces creo que ese extraño mundo, y ese extraño guerrero, no
se halla tan lejos como podemos llegar a creer...
... y eso me da un miedito bárbaro.
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